jueves, 23 de febrero de 2017

ayer, hoy, mañana

 AYER

...de esa aniquilación pasé a una felicidad casi abyecta...
                                                              J.L.Borges


Al caer de las profundidades del cielo,
(del centro de la ciudad)
dos gotas de almendra,
fueron dos rayos hurgueteando
un lugar sin tiempo
(sin presente).

Le llevo unos minutos de ventaja
(a la muerte),
al fin del mundo,
al fin de un año,
al fin de un segundo.

La traición o el olvido
(son caminos que se juntan)
en este jardín simétrico
de condenas y destierros.
-          Dame tu corazón y lo llevaré al más recóndito lugar de mi universo.
(dijo la hormiga al pétalo).


HOY...

...Hubiera sido preferible matar enseguida al conejito y...
                                                              J. Cortazar

Huir de esta habitación,
de esta pantalla (debiera)
me apura la miel y
la pasión del secreto.
Podría escribir todos los discos y
las paredes,
(de tu pueblo y el mío)
las cintas y las veredas,
esta mañana,
que nadie sabrá de la trastienda de las horas.

De tu tiempo,
(el de la imagen)
del tiempo detenido en un papel,
quién podrá saber entre colores y
letras del amarillo de las hojas
(del sepia),
cuando los corroe el mundo.

Me aventuro a conocer las páginas
como dos libros que se leen mutuamente,
como mariposas,
que carecen de sombras y momentos.

¡Espero no arrepentirme de quedar con vida!
 MAÑANA

No existirá donde brillen tus ojos
(lugar común)
la poesía será el pretexto,
no te fiarás del infierno,
con su cara suave y su mirada triste,

que sabrá a menta o a chocolate su corazón

Desierto





Es en este desierto de edificios
de casas y casas como nubes que se esconde
tal vez a la vuelta de la esquina
vereda amarilla
y a los gritos...
                       el destino
pidiendo que lo vea
mírame, dice
pero es tal el orden de las cosas
que lo piso y sigo dando vueltas como un grillo
torpemente como un grillo de ciudad
perdido entre tanto gris de cal y de otras cosas
es que el vecino dejó filtrar el sol por la ventana
en agujeritos 
y  sigo dando vueltas como un tonto
olvidando torpemente

que le queda poco tiempo al tiempo por gastar

celular. Poesía

 Tu voz de teléfono sonó brillante
 cepille mis dientes
al mismo tiempo que en el sur de acá
una vaca cantaba de leche su decir matinal
magro en grasas tu alimento me dio una vez más la vida
que no es preciso explicar
y otros cientos esperaban al que ya no llegaría
lechero con carro puerta a puerta
ese recuerdo me llenó de niños la palabra
y estoy hecho un purrete en tus brazos
ciudad de los olvidos y los amores fuertes
barrios de barro y veredas coloradas
son estas letras aunadas las que me acercan a esos días
de julio y los actos escolares el vapor de bocas
y maestras con sacones de piel
la plaza embanderada y
otra vez el vapor como en un filme de Solanas
una esperanza convertida en  agua flotando en el ambiente
no más ciudad violenta
hoy la violencia egoísta la ha turbado
pero nuevamente me cayo para escuchar
(silencio)

la voz en el aparato pequeño de tus manos.

Conpamperos

Conpamperos

Me voy de vos,
como se va de un país al que nunca se pertenece
una playa que abandona el mar
y no conoce la pleamar de tus piernas
se va uno del país que es de otros
(que de nadie)
y se vienen tus pueblos hacia mí
de corazones sin pilas
sin lámparas que indiquen donde ir
ah de nosotros
sin todos
de a uno solo
me voy con miles de vos
que nunca han sido tuyos
ah de la vergüenza de estar vivos
solo queda el refugio de los verbos que no llegan
y hago una bandera de mi lengua
tiesa bandera sin viento
de madera
me voy con los dueños de las palabras

si me prestan me voy igual de vos

El antisoneto de la mosca y el poeta cotidiano



El antisoneto de la mosca y el poeta cotidiano


Quedó la mosca quieta en la pantalla
Sobre un poema (escueto y celebrado)
Con frase del silencio bien armada.
Por un célebre poeta cotidiano

Voló como una luz hacia la lámpara
Y se llevó consigo las palabras
El célebre poeta del común
No hizo cosa alguna que mirarla

Llegaron de mañana: (los lebreles)
Heraldos y soldados. Los cables,
La letras y el poeta se llevaron

Ese sonérico insecto entre tanto
(burlón y solitario) ha contagiado

de letras a todo: el vecindario

Allá afuera se teje el mundo

Allá afuera se teje el mundo

Sucio, color, amor,
Sentimientos, oscuridad,
otra vez amor,
y tantas veces amor,
se quedan colgadas las palabras en el contestador.

Los ojos me brillan será por la cebolla que se fríe en la cocina?
Hace tanto frío en la calle,
tanto trapo sucio envuelto en personas,
en carne,
en papeles de diario.
Vomito de pensarlo pero no salgo,
de este calor que me abruma
de esta vergüenza que aun no me quita el sueño
(es temprano) Escribo, ni es réquiem, ni exorcismo.
Escribo, solo escribo.
En la cocina se hace la comida yo me quito la campera y escribo.
Por favor ve poniendo la mesa que ya esta la tortilla. 
¿Qué hacer para creer en la poesía?
¿Cómo destejer una palabra?
Un punto.
El punto arroz (el de mi suéter).
Sucio.Color .Amor.
No soy capaz de empuñar nada más que una letra.
Una letra con el poder de atravesar mi propia lengua.

Allá afuera se teje el mundo. Escribo.

lastrepena

 lastrepena

Peregrino el corazón que tiene alas
Por suerte te haces liviana
Cae al mar lastrepena  
Corazón peregrino
Alma que vuela
Alzarse hacia la libertad
alzarse libres  a la claridad  de la luna de pocos
alzarse en medio de la tempestad
y del sueño del hambre de muchos
alzarse solidario
(hablo del odio solidario)
alzarse con la muerte en las uñas
y la vida en la frente
en convoyes de gentes
suaves liebres de hojalata
alzarse libres
aun con las patas atadas a carros ajenos
a sueños de otros
con la libertad en las manos
cuando la sangre no es savia de nadie
y los saberes no sirven
y los sabores no llegan
alzarse así libres
pienso en tus cabellos atados a la cima
que me dejan la nuca tuya para mí,

desnuda.

pude verte

 ...Ibas de blanco entre fantasmas distraídos...
                                                                                              IRMA CUÑA

Pensé no verte más
oscuridad del día
pensé que ya no sería suficiente
vacilar
por senderos de ausencia
por los jardines de siempre
y fue allí cuando te vi

Quise alcanzar en la tinieblas
apenas un rayo
una aguja de luz
una gota de rocío
pensé no oírte más
pero acariciaste el cielo
con unos dedos grises
y nubes de mil ruedas atravesaron la noche
y no amaneció luego
hasta el presente

Pensé en no tocarte ya
y fui bisoño de no mirarte
de no saber cuando callar

Ibas de blanco y pude verte
no hubo redil donde esconderse
y los sabuesos mejor letrados
no pudieron hallar la huella
de los lamentos...


Pensé no verte más y pude verte!

juego

 Juego


Luces y sombras, algo más que un juego pictórico.
Un recuerdo de Tiziano en tus ojos.
Nada es tan frío como la noche cuando acabo de dejarte.
Veredas amarillas, árboles jóvenes de un pasado desconocido.
Sabores de un mar que no he probado.
Sucumbe la noche en un anuncio de corona.
Atalaya donde yace el silencio a borbotones.
Aquí, donde espero calmo el desnudo de las ropas que nos visten.
Aquí, donde no existen,
puntos cardinales,
señales, ni vitrinas.
Escaparates con flechas al futuro.
Aquí, donde se refugian palabras pasajeras.
Apenas una que otra eternidad.

Espero el juego.

La tristeza es...





La tristeza es una estátua,
en el fondo de un jardín
de una casa abandonada.
La hojas la cubren
(muestra la soledad que contiene).

Podrían suicidarse las palabras,
al observarla.
Podrían,
reemplazar la frialdad del mundo,
por su tibieza (en un instante).

Me dirán como es la muerte,
y sonreiré al recordarla.

Quisiera avanzar (hasta tocarla),
y sentir la suavidad de sus poros blanquecinos.
Pero se ahogan mis pasos en un mar de hojas,

y no llego hasta ella, ni hasta mí.


¿Qué mano milagrosa, despiadada, le ha dado la vida para quitársela?

un par de caballos...

...un par de caballos poderosos retumbaba sobre el barro azul, blanco, negro en el compás de su galopé traían la libertad que tú llorabas...Gabriela I. Casella

Tiene abiertas las ventanas de la casa.
Tiembla.
Susurros, mar.
El mar se agiganta en dudas.
Llora sombras de acero.
Lágrimas sepia.
La pared se cuelga del clavo,
películas viejas. ¿Se colgaría otra cosa ayer?

No arde violenta en las veredas, recién
nace entre hombres desnudos que la miran.

Esta mujer es
liebre
poema
entrelineas con ausencia de
palabras erectas, nadie
se estremece al pronunciarla
Nadie atraviesa el muro que levanta en penas.
No hay caballos poderoso en el barro,

ni trenes azules, blancos, negros.
A Yannis Ritsos y a Cavafis y a todos los griegos que nos enseñaron las palabras desde Homero, desde Horatius hasta los que sufrieron los tanques del setenta. A los Ingleses escritores de la Ética. A los franceses de la vanguardia que murieron por alcanzar un lugar en el Panteón de las frases. A Ernesto Cardenal a Roque Dalton, a Martí y a los Guillén. A todos los centroamericanos que fueron perseguidos y alcanzados por el odio, la muerte, la censura, pero nunca por el olvido. A Rodolfo Walsh, a Paco Urondo y especialmente a Juan Gelman y a todos los argentinos que perdieron la sangre propia, la de sus hijos, yernos, nueras, nietos, por el silencio permanente o el exilio. Culpa de los prohibidores de la vida, los que nunca pudieron silenciar sus manos decidoras. A los que buscaron hasta en el suicidio la metáfora última y terrible de lo que no se comprende. A la Pizarnik y sus verbos parabólicos que nos seguirán trazando, tal vez mañana. A los Tuñón, Borges, Molinari, Cortazar, Giannusi y sus perros de la tarde, a tantos otros archivadores de letras en estantes metálicos, de madera, de aire, de agua. A Irma Cuña y sus sonetos neuquinos. A los escritores de mi barrio por sus intrépidos sueños de viernes y de bares. A Horacio Fernández corregidor de acentos no tildados y su ojo crítico de amigo.